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sábado, 29 de febrero de 2020

La mar sonora

Dentro de mí 
suena la mar, 
golpean las olas 
en mi vientre,
¿se oyen?
Crujido de rocas 
en los ojos, naufragios

enredados en el pelo, 

algún ahogado atravesado 

en la garganta; huele 

la piel a maresía.

Sube y baja la marea, 
golpean los latidos,
arritmia de sonidos.
La mar:
se agita y se calma,
gris y blanca;
siempre azul.
No soy su dueño.
Suena la mar,
la mar de los poetas,
la mar de los barcos sin velas.


viernes, 28 de febrero de 2020

De instantes e infinitos

“el infinito es la sorpresa de los límites” Chantal Maillard

¿Qué es más grande
el instante o el infinito?
Un instante contiene el universo,
que se rompe como un globo
en otro instante.
El infinito: un tiempo 

que cesa de ser tiempo 
espacio sin camino.
¿Es la muerte 
instante o infinito ?

¿Y la vida?

sábado, 22 de febrero de 2020

Las islas infinitas florecen en primavera

Azul
que apunta primavera.
El mar descansa.
Una garza,
sus ojos
 ya hacia el norte.
Respiro el firmamento.
Echo a andar,
me muevo con la luz 

por islas infinitas.

viernes, 21 de febrero de 2020

El otro lado de la noche

Desperté de mi sueño,
caí al vacío,
rompió el tiempo
una grieta
en mi memoria.
Entró una nube
y entre la niebla
descendí la escalera,
la del recuerdo;
peldaños rotos,
llegué al trastero,
desordenado.
Encontré el otro lado 
de la noche
donde no hay sueños
soplaba el viento,
tu espacio frío 

mis ojos ciegos.

jueves, 20 de febrero de 2020

El peso que sostiene el vacío.

Yo, que he sido nadie
en ningún sitio,
nadie en la nada,
nombre vacío 
apostado en la frontera.

Voy con el viento,
trastornado,
 las razones tropezando,
vidrio y cobre.

Puerto sin luz 
alguna noche oscura,
oscuridad sin asas
en medio del hastío.

Fachada en busca 
de raíces.
Perdido en el mar,
palpando orillas.

Siempre sombra
sostenida por el peso,
solitaria silueta;
surco y sendero.

Sonido
que se apaga
en el silencio.

Un no saber
que no se sabe.

Pregunta siempre.


Duda en el viento.

miércoles, 12 de febrero de 2020

Invierno

La niebla, barrera
que tapa el horizonte,
entre dos montes
forma un puente,
frágil, como la vida.

Una cierta melancolía 
su anhedonia despliega
en mi mirada.

Pájaros buscan refugio
en las pestañas,
nieva por el límbico.

¿Quién recogerá el tiempo
que cae de mis pupilas?

martes, 11 de febrero de 2020

Encuentro metafísico

Hoy me tropecé 
con la vida 
en una esquina.

Llevaba tiempo ausente,
tardé en reconocerla;
su raído gabán,
un aire mortecino
su mirada.

Se cayeron
los papeles 
que llevaba
entre mis manos:
carpetas del trabajo,
alguna poesía inacabada,
facturas sin pagar.

Los recogí azorado
¡tanto tiempo!
creí que había muerto.
Hace años se fue
llevando la esperanza
en su equipaje.

¿Qué haces por aquí?
pregunté balbuceando...
No supo responderme,
siempre habló poco.

Yo tenía prisa,
quedé con ella
en esta esquina, 
a media tarde.

No sé si acudirá.

Lo dioses no dudan

Yo quiero volver a las preguntas,
olvidar todas las respuestas:
las que me dieron, las de Google,
las que encontré por el camino.

Desaprender, quitarle el color
a las palabras, el azul al cielo,
borrar el verde del paisaje.

Ya no me sirven las respuestas,
oxidadas como viejos candelabros,
Wikipedias de saberes oscuros,
certezas de mentes panfletarias.

Quiero vaciar mis bolsillos:
el móvil, las monedas, el dolor
envuelto en un pañuelo,
el ticket de algún supermercado.

Quiero volver a las preguntas:
claras, valientes, nuevas,
abiertas, transparentes;
preguntas que aguardan
sin equipaje.

Saber, tan solo,
cuales son las preguntas.

lunes, 10 de febrero de 2020

La vida abierta

Abrí la vida:
palabras viejas traía,
palabras nuevas buscaba.
Por los rincones del sueño,
por las costuras del alma,
por los valles del cerebro;
buceando por lo oscuro,
iluminando secretos,
metiendo el dedo 
en la llaga.

Duele la vida:
cual bisturí la palabra
va cauterizando heridas,
va limpiando los rencores;
revive un silencio antiguo,
saca a escena los recuerdos
avivados por el fuego,
sostenidos por las sombras.

Libre la vida:
las letras a borbotones 
se extendieron por la piel,
por las manos derramadas.
Una y fue añadiendo,
una o trajo la duda,
la libertad de elegir,
solo lo oscuro no cambia.

Habla la vida:
habla el mar, mueve la tierra;
palabras abren los ojos
tras los bordes del silencio,
despiertan de un largo sueño,
el universo resuena.

Suena la vida:
aparecen vocales, consonantes,
adjetivos, pronombres,
frases, versos y poemas.
Historias, mitos y novelas
—sucios de polvo y desmemoria—
surgen escondidos de la tierra.
¡Es tal el estruendo que provocan,
que duelen los oídos!

domingo, 9 de febrero de 2020

El miedo como epidemia

El miedo,
vestido de virus
con corona,
reina sobre súbditos urbanos.
Tras cerrados ventanales 
se atrincheran
prejuicios y temores.
Confusión entre la parte
y el todo,
no hay abrazos.
Reina el mal,
peste plebeya.
Mascarillas de rechazo,
cubren la empatía sepultada,
como losas.
Mientras en Wall Street
negocia el oro con la muerte,
en las calles de Wahun
una anciana cae al suelo,
se alzan muros en los ojos:
triunfa el miedo.

sábado, 8 de febrero de 2020

Tanka

Quisiste volar,
¡tristes tus alas rotas!
queda tu llanto.
Recoges las lágrimas,
haces nubes con ellas.

Poema en el aire

Entre dos azules
duda el sol esta mañana,
escoge el cielo;
el mar, en duelo,
se hace espejo,
quejido de una ola.

Un deseo se esconde
allá donde amanece,
nieve y fuego.

Muere el reflejo de la luna,
a la sombra se retira un beso.

Despertar frente al océano;
se presiente el movimiento,
el aire respira la quietud
del silencio.

Mis ojos, ávidos de luz,
escriben versos en el aire.

Pertinaz sequía

Por las bisagras del tiempo
se fueron los versos
su rima perdida.

Las letras en huelga 
dejaron palabras sin voz
por los suelos.

Una nube miraba 
el silencio sentado
en un banco.
Y el silencio se fue
con el viento buscando
otros labios.

Eran días sin lluvia,
pertinaz sequía cubría 
la tierra de polvo.

Las calles vacías de estrofas
perdieron la hierba, duro
asfalto surgió de arrabales
sombríos. Aromas de olvido
acechaban el aire.

No supimos llegar a un acuerdo
y de prosa vestía las horas
encontrando sustento en los libros 
gastados de tanto leerlos.

Un poema llamaba a mi puerta
cubierto de harapos. No tenía 
ni ropa ni agua para confortarle
—Lo siento —le dije apenado—
quizás otro día tenga algo
que darle.

La noche que no cesa

El miedo cuelga en el aire
cuelga el tiempo roto detenido
intuye el inicio del vacío
resuena
la noche que no cesa


aire sin apoyo márgenes
traslúcidos impalpable
negación precipicio
de silencios duele
la nada... innecesario dolor
espesa el aire
la noche no cesa


un gorrión sin alas asustado
latidos se clavan en el pecho
fragmentos que caminan
¿a que Dios invocan?
desfile de almas
cenizas por el suelo
detrás queda un quejido
letanías conjuros de tormentas
genocidio de sonrisas
sufre el tiempo
no cesa


¿qué duele más, la ausencia
o la presencia? recuerdos
de una mano almas atrapadas
en el miedo... que no era necesario
y un dolor en el costado
espiral que revierte tu esencia
fragmentos sin pupilas
no...

viernes, 7 de febrero de 2020

Poesía en otoño

Me gusta el comienzo del otoño,
no es tiempo para poetas malditos
de calles apagadas y bares de absenta.
Atrás quedaron ardientes arenas del verano,
horizontes con sol que no se esconde.
Lejos se ven inviernos infinitos 
con frío de nieblas y de mármol.

El espejo te pregunta ¿tú quien eres?
olvidando las huellas de tu vida.
Ya no eres ayer, aún no eres nada;
ya no tienes frente a ti toda una vida,
se acabó la incertidumbre del futuro,
que ahora sabes ( ¿aceptas? ) lo que espera.

Los relojes caminan con paso tranquilo
por poemas que te hablan de sueños,
por sueños que conviertes en poemas.

jueves, 6 de febrero de 2020

El amor está en el aire

Tarde de febrero,
2020,
por la ventana veo el mar.

¿Te da la luz o eres tú quien ilumina?.

Tu pelo
              c
                a
                   e
                        como lluvia tranquila
sobre tu rostro encendido, musa
del renacimiento, tus mejillas.

Tus piernas, dos, que llegan
hasta el suelo y lo
                                t
                                r
                                a
                                s
                                p
                                a
                                s
                                a
                                n
             
que son aire, veladura de un ángel
de Leonardo; con ligero movimiento
anuncian cercanos terremotos,
epicentro: mi cuerpo.
Hércules te soñó con sus pilares.

Nace el sol en tus labios que
se ofrecen al mundo presagiando
el nacimiento de una estrella,
quizá tus OjOs.

Así apareces cada día, nueva
y conocida, tan tuya,
blanca y roja:
Tú.

Tarde de febrero,
2020,
yo te miro,
                            .
                           .
                          .
                vuelo
            o

muero

  Cuando estas solo donde nadie te hiere  buscas la herida