Juan Rulfo
No hay que volver al lugar donde fuiste feliz,
cantaba Sabina; no hay que volver a Comala.
No hay que cobrarle al pasado su olvido.
Y aquí estás tú, perdido entre fantasmas.
Buscabas la ilusión y encuentras un destino
y por el camino arrastras sueños rotos
donde se pierden las voces… las voces,
canciones lejanas, ruidos, rumores.
(Nadie habita el pasado. Nadie).
Quemaste árboles y bosques;
vuelves… Tú buscabas alegrías
y traes en tu espalda el destino.
Vuelves
y solo hay cenizas en tus sueños
y un eco que repite el silencio,
el silencio.
(Tener límites y carecer de barandillas:
tu vida).
Aprende:
De nada sirven ángeles y espectros.
No se le puede exigir latido al olvido.
Solo encuentra, un cuerpo, contorno en otro cuerpo.
No vuelvas al lugar donde creció la esperanza.
Desecha las piedras recogidas en las playas.
Vive
Vive.
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