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sábado, 19 de diciembre de 2020

Se desvanecen las estrellas al anochecer

Junto a la ventana: un libro; tras su cristal: el mundo. Las letras se van deshaciendo en jirones de niebla. Cada palabra deja espacio a un sueño. Algún recuerdo se mezcla en el lento transcurrir de la lectura. Suena una canción: habla de un espacio en movimiento, de coches y camiones; de amaneceres. 


Anochece. El aire pinta color azul en las paredes. Por mis ojos pasea el silencio.

Aparece la lluvia. Cada gota es un alma que mueve sentimientos con el viento. Redonda y frágil.  


Cae la noche. Yo no sé si dirijo a las estrellas mientras se desvanecen en el cielo o soy una de ellas cayendo sigilosa en esta noche de horizontes sumergidos. Escucho al viejo Tom Waits, llega olor a madera en un bosque de sombras. Tiempo fugaz y detenido, de estrellas escondidas, de sonidos apagados en espirales menguantes que también se desvanecen. Todo es uno y nada. 


Llueve, las nubes cobijan bajo las estrellas.

Mi historia, mi mundo, mis sueños, viven aquí adentro. Quieto y agitado.

Caminando hacia atrás y hacia delante; anochece... será mañana otro día.


miércoles, 16 de diciembre de 2020

Los estorninos buscan refugio al anochecer

 había una asamblea de estorninos 

en el río 


anochecía 

—todo buscaba refugio—


(yo no volaba)



había una asamblea de estorninos 

decidiendo su camino 


(y yo perdido)


una espiral de ruido, su vuelo

—como la huida de una guerra—



yo miraba

anochecía 


domingo, 13 de diciembre de 2020

Naturaleza

 ¿Para que quiere

las hojas el otoño?

Viene el invierno. 



Besan la tierra,


preparan primavera.


¡Deja que caigan!


jueves, 10 de diciembre de 2020

La palabra desplaza el silencio que ocupa

 Nada llena la nada, ni la ausencia; 

nada, ni el silencio llena la nada.

No, no llena la nada una mirada

perdida en una calle de Florencia.


Nada llena la nada; la presencia

de materia nunca llena la nada;

ni el ruido, ni el aire, ni la llegada

de voces ledas dichas sin conciencia.


Solo el recuerdo, a veces, ilumina

rincones dolorosos del pasado,

vacíos que dejaron cicatrices.


Palabras arrancadas de la mina

destruyen un silencio amurallado: 

poemas que nos muestran las raíces.

lunes, 7 de diciembre de 2020

Paisaje más allá de las sombras

 “... para que mi ser se pose sobre el suelo, 

fue necesario un ancho espacio

 y un largo tiempo...”

Ángel González 



Somos memoria,

memoria que alienta 

y sostiene las palabras.

Somos palabras,

que entre sombras y luz

cosen el tiempo.

Somos tiempo cargado 

de miradas.


Para que yo mire 

con mis ojos,

muchas miradas 

construyeron el paisaje.


Vuelvo a pisar las escaleras

de la vieja casa de una infancia;

piedra y musgo. 

Caballo veloz, el tiempo 

me transporta por el sueño.


Casa parada en el silencio, 

como un abrazo 

de abuela en la mañana, 

que el calor aporta 

al frío.


Tiempo de leyendas 

en la niebla, 

fuego en la cocina, 

olor a leña, a gotas 

de lluvia en la ventana.


Personajes de barba 

y ropas negras, sonido

de cencerros entre ramas, 

habla el viento; reviven 

los recuerdos, a los muertos.


Colores de épocas antiguas, 

sueños de nieve y golondrinas, 

caminos angostos, riachuelos 

que llevan a un mar con otra orilla.

Sonido del agua que cae, 

que corre buscando su destino.


El recuerdo va quebrando 

el apagado sonido del pasado.

No soy dueño del tiempo, 

sí del sueño;

aunque la realidad, 

a veces, se equivoque.


...


Llegará un tiempo 

sin pasos, sin latidos; 

otras miradas traerán

luz a mis paisajes 

dando vida a mi vida

en sus pupilas.


sábado, 5 de diciembre de 2020

Un mar a la espera

 Hay un mar esperando 

detrás de mis ojos,

un mar con sus olas 

y sus calmas,

sus aristas, sus dioses,

sus orillas.


Hay un mar esperando 

a desbordarse,

un mar que llega 

hasta la playa y se retira

con un frío temblor

entre sus brazos.


Hay un mar callado

colmado de historias,

leyendas de paisajes

soleados al otro lado

de mi vida. Un mar

en el fondo de mis ojos.


Hay un mar esperando 

el final de la tarde,

cansado del sol 

y de los vientos.

Un mar que soñó con islas 

por el alba.


Hay un mar...

no sé si de naufragios

o de nieblas,

un mar azul y gris 

de caracolas y sirenas

que me llaman.


miércoles, 2 de diciembre de 2020

Bilis negra (Melancolía)

 “Tanto la he llamado, tanto

he suplicado su asistencia,

que ahora,

cuando apenas tengo ya voz para llamarla 

casi lo que más temo es que al fin venga. 

No me vuelva a dar la vida”.

                  Ángel González 



Surge de lo más frío de la noche 

pintando con hielo las paredes.

La vida, en tinieblas, se deshace.

Habitación desolada y sin aire,

Saturno paseando por la casa.


Como un lento gusano, del paisaje

 se adueña lo oscuro.

Caen las sombras sobre sombras, 

sobre sombras. 

Impotencia de tus ojos, apagados.


No te visita el alba, no hay colores.

La luz, vencida, se marcha en nubes 

de azufre y fuego, por el cielo.

Muere la esperanza, agarrada, 

a la silla, al olor de la casa,

algún sonido; inútil su camino.


Soledad inmensa, dolorosa, el roce 

de otra piel produce heridas.

No hay bosques animados 

en las lindes. Todo baldío y yermo.

Todo vacío.


Vacío que destila desaliento.

Más allá del abandono y del silencio 

se hace real lo que no es nada.

Regresan las piedras del pasado,

tortura que atormenta tus ideas.


Tormenta en desorden, angustiosa.

Las noches son un potro de tortura.

Campo de minas es cada segundo.

Tiemblan tus pies cargados de cansancio.


Encanece la piel, lenta, desabrida.

No hay frío ni calor en tus sentidos.

Se cae el pan, amargo, de tu boca.

Muere el mar, cesa el deseo.


Tu cuerpo es solo sombra, 

sombra de sombra, solo sombra; 

y, sin embargo, duele su quejido.

La muerte se refleja en el espejo.


Duele el papel, roto en pedazos; 

duele la nada. Desvanece la voz, 

ya no hay futuro. Cerrada la puerta, 

queda el frío.


Asusta el sonido de las aves 

con sus presagios cayendo 

de las alas. En cada árbol 

está escrito tu destino.


No hay tregua en esta guerra;

borrado el campo de batalla

(negra bilis ocupa el horizonte)

tan solo imaginas y ansías 

la derrota.


  Cuando estas solo donde nadie te hiere  buscas la herida