“Y eso es la vida. Hasta que de un ayer
suba la hora más solitaria de todas,
la que sonriendo, distinta a sus hermanas,
guarde silencio en presencia de lo eterno”
Rainer M. Rilke
....
....
Esta noche,
una más como todas en su inicio,
comienzas tus rutinas cotidianas:
el pijama,
el batín,
el cepillo de dientes,
el espejo que devuelve tu mirada;
apagas las luces de la casa,
la puerta de la entrada está cerrada,
las campanas anuncian medianoche,
el reloj del salón está de acuerdo.
Oyes:
el rugir de la ambulancia
allá a lo lejos,
sin saber que tu viaje
ya te espera.
En ese instante
¿qué sucede en ese instante?
El mundo sigue sus rutinas,
la gente en las terrazas
celebra el mes de junio;
el autobús, el 12,
pasa por la calle
llevando pasajeros somnolientos.
Mañana será otro día
y será...
pero muy otro.
En ese instante
¿qué sucede en ese instante?
La luna se oculta tras las nubes,
un trueno suena allá a lo lejos,
el mundo sigue sus rutinas
sin reparar en que todo se ha parado.
Todo ocurre en ese instante,
nada estaba preparado.
¿Qué sucede en ese instante?
Ya no dan la una las campanas,
el reloj del salón tampoco suena.
Aunque el mundo sigue sus rutinas,
aunque en las terrazas celebran el verano,
aunque el autobús, el 12, sigue llevando pasajeros,
aunque las nubes siguen su camino,
aunque los truenos suenan a lo lejos,
el tiempo se ha parado y no lo saben.
La hora que guarda silencio
vino solitaria a visitarte.
Nada estaba preparado
esta noche
en que todo sucede
en ese instante.