“… la soledad del vencedor”
Louise Glück
Que extraña sensación nacer y no vivir,
quedarse a las puertas del paisaje,
desperdicio de páginas no escritas.
Ser solo un silencio extendido
a mi costado;
silencio solo, secreto callado.
Te he llamado cobarde y egoísta,
no entendía tu seguir al otro lado
indiferente a todo lo mundano.
Pero soy yo el cobarde, el egoísta,
por echar de menos tu presencia,
por envidiar tu vida no vivida.
¡Si al menos me dijeses que es la muerte,
en que consiste ser recuerdo y no materia!
Te imagino en otra dimensión,
más real que la mía, más liviana,
sin el peso del cuerpo y el destino,
con toda la vida ya cumplida.
Sabia, te llamo… ¡recorrer en un minuto
lo que a otros nos lleva tanto tiempo!
Sobrevivir supone un gran empeño;
Sísifo esforzado que conoce su final.
Si al menos no fueras un vacío,
una herida profunda y sin espacio.
A veces me he asomado pensando
ir a buscarte, ¡pero tira fuerte el aire!
¡Ah! pasamos tanto tiempo juntos
jugando entre burbujas; ingravidez
del espacio compartido.
(Muchas palabras he gastado
para llegar a este poema).
Y al final la soledad del vencedor,
que mira hacia atrás y no le sigue nadie.
Y no sirve de mucho haber llegado.