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miércoles, 10 de mayo de 2023

Mitología

 Antígona sabe bien que haber nacido para el amor es tarea de riesgo y lo asume.


Baco no consiguió trabajo de Sumiller.

Clitemnestra le enseñó a Tolstói que las familias infelices lo son cada una a su manera.

Diómedes (un gallego en Troya) preguntando a Glauco: “¿E ti de quen ves sendo?”.

Edipo a ciegas buscando el diván en la consulta de Freud.

Fortuna consiguió trabajo en el programa de horóscopos (“Llama ahora al 3215869087”).

Glauco responde a Diómedes: ¿quieres la versión corta o te cuento desde mi bisabuelo? 

Héctor no llegó a conocer el inmenso cariño que le tenía su padre.

Ícaro aprendió tarde que los vuelos low cost salen caros.

Jenofonte conoce el valor de no rendirse aunque el camino sea largo.

Libertad está harta de que utilicen su nombre para justificar la injusticia.

Marte no se pierde una guerra. 

Narciso: “No hay que buscar likes asomándose a una fuente, te avisé”.

Orfeo tocando la lira, recitando poemas de Rilke sin mirar atrás.

Pandora nunca acierta con los regalos, pero no pierde la esperanza.

Quirón, el centauro sabio, sacó fuerzas de la herida.

Rómulo y Remo: tanto esfuerzo para dejar unas ruinas llenas de turistas.

Sísifo envidioso de su roca: es que ella no leyó a Shakespeare; ser o no ser no es su problema.

Teseo nunca se olvida el ovillo, por si hay que tirar del hilo. 

Ulises: lo importante es el viaje. Sí, pero cómo nos gusta llegar a casa.

Venus con sus gafas de cerca, leyendo a Bécquer.

Yocasta: qué duro es para una madre perder a un hijo.

Zeus: aunque seas Dios, no es fácil ser padre.

  Cuando estas solo donde nadie te hiere  buscas la herida