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viernes, 30 de septiembre de 2022

Ruido

 Las paredes se llenaban 

de escarcha,

temblaba el pasillo.

Yo no sé si estabas presente

o, dudando en seguir adelante,

eras solo un vacío del tiempo.

Había tantos trozos ausentes: 

dos o tres muelas,

el pulmón izquierdo, la vesícula biliar.


Rebotaban palabras con sonido afilado

atravesando la puerta.

Abriste la ventana para que volasen afuera,

pero se agarraban a la lámpara encendida;

se agarraban a la lámpara

y al libro 

—El oficio de vivir o Mientras agonizo—

que esperaba tendido

y entre sus letras criaban erizos.


Apagaste la luz,  

hizo clic la conexión entre oído y cerebro.

Y, de repente, 

una nube pasó atravesando el pasillo; 

escenario: la mesa camilla,

las olas agitaban el plato de sopa,

la sangre quería salir de la mano.

Al final habló quien callaba.

Cayó el telón (justo a tiempo).


lunes, 26 de septiembre de 2022

Un mar con cerezas

“Nadie canta más alto que la muerte”

Fernando Valverde


Yo recuerdo una casa en la playa,

unas pálidas manos de abuela,

una madre teñida de polvo,

un cerezo de frutos redondos.


Un arroyo más grande que el Tajo

pues era mi río

y por él navegaban sin rumbo 

veleros sin velas.


Yo recuerdo del campo sus dulces

palabras

cuando el sol se cruzaba entre el frío

alejando las sombras


y subido en lo alto de un árbol

oteaba horizontes 

presagiando presagios carentes

de nombre.


Yo recuerdo un vacío secreto

del que nadie guardaba la llave

con el eco que no resonaba

tu voz apagada.


Yo recuerdo la ausencia 

en el aire;

un pasado alargando

el futuro.


Yo recuerdo una casa en la playa

cargada de lluvia.


Yo recuerdo una casa 

teñida de polvo

y un mar con cerezas.

 

martes, 20 de septiembre de 2022

Impedimenta

 Me disuelvo

en la intimidad

de la lluvia 

y sería mar

si no fuese viento.


Voy con cada nítida

gota

cargado de humedad

de puerto en puerto. 


Libre pensar y sentir

a pesar de tanto 

trueno 

que esparce miedo

y ensordece.

A veces solitario en mis ideas

otras veces en medio de la gente.


Mudando lo que es superficial,

yo sé que lo importante permanece

y los tiempos requieren dejar lastre

(cada uno carga su maleta).


Siempre libre de dogmas y consignas

asumiendo el riesgo de las alas

tengo claro cual es el destino

pero sé que son los pasos

los que marcan la justicia 

del camino.


Atento a lo que dejo 

en cada huella, 

sin herir el suelo, 

buscando el bien,

curando las heridas

del paisaje.


domingo, 18 de septiembre de 2022

Paisajes de sombra (Joseph Beuys: “Infiltración homogénea para piano de concierto).

 Chopin 

con patas de elefante

tiritas en la piel, 

frágil, pues siente.

Música escondida

protegida, curada

adormecida.

Preludios.

Música que suena

en el pasado,

apresurados arpegios

ya cansados.

El aire

no se mueve.

….

Tristeza de ser mueble.

¿Quien mira en el vacío?

….

El fieltro envuelve

notas, posibles,

constreñidas,

doble piel 

que aleja 

y que promete.

Nostalgia 

de la cueva,

un mar que sueña.

La libertad resiente

del cariño,

como un niño,

duro el suelo.

Materia llena

de deseos,

células que funden

sus membranas

y aspiran, respiran,

gozan, se entrelazan.

Sus patas anhelan

el camino,

el agua,

los arboles con viento,

pisar el barro

de los ríos,

llenar los pentagramas.

¡Hay tanto potencial

en el silencio!

Faltan manos.

….

Sin palabras 

todo acto

es un acto

sin palabras.


sábado, 10 de septiembre de 2022

Los ríos van a dar a la mar

 Hiedra que desciende 

la escalera…


Como en la piedra el agua 

cae la vida,

perdida, apenas huella,

su fuerza agota

en cada gota, frágil,

su caudal.


Las fuentes quedan lejos

los afluentes 

que alegraron el camino.

Su destino ya vislumbra,

resbala en la llanura con pereza 

su figura se oscurece

aparece… olor a mar.


Trozos desmenuzados, apenas cenizas, silencios timbrados, huellas posadas en ignotos caminos, alas que perdieron su pico…

 Rostro del tiempo y el deseo

¿por qué preguntas?

¿por quién?


domingo, 4 de septiembre de 2022

Poema otoñal

 “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos” 

C. Pavese


Escribo para ti

ave que vuelas 

a lo lejos.


Azul 

el color

que dejas en el cielo

dibujando

tu nombre.


En las noches de luna

escucho

como rozan

tus alas 

con el viento.


Los días de niebla

el silencio 

de tu ausencia

me cobija.


Ya sé 

que en el otoño 

la esperanza se escribe 

con pocas palabras.


Reencuentro

 Vuelves a ver

a esa persona 

que el tiempo

dejó en el camino,

y te aplasta

su transcurrir;

trozos de historia

vuelan con el viento,

entre la lentitud

de su mirada

y el polvo de tus ojos.


  Cuando estas solo donde nadie te hiere  buscas la herida