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viernes, 30 de septiembre de 2022

Ruido

 Las paredes se llenaban 

de escarcha,

temblaba el pasillo.

Yo no sé si estabas presente

o, dudando en seguir adelante,

eras solo un vacío del tiempo.

Había tantos trozos ausentes: 

dos o tres muelas,

el pulmón izquierdo, la vesícula biliar.


Rebotaban palabras con sonido afilado

atravesando la puerta.

Abriste la ventana para que volasen afuera,

pero se agarraban a la lámpara encendida;

se agarraban a la lámpara

y al libro 

—El oficio de vivir o Mientras agonizo—

que esperaba tendido

y entre sus letras criaban erizos.


Apagaste la luz,  

hizo clic la conexión entre oído y cerebro.

Y, de repente, 

una nube pasó atravesando el pasillo; 

la sangre quería salir de la mano.

Alguien dijo una palabra.

Cayó el telón (justo a tiempo).


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