“Nadie canta más alto que la muerte”
Fernando Valverde
Yo recuerdo una casa en la playa,
unas pálidas manos de abuela,
una madre teñida de polvo,
un cerezo de frutos redondos.
Un arroyo más grande que el Tajo
pues era mi río
y por él navegaban sin rumbo
veleros sin velas.
Yo recuerdo del campo sus dulces
palabras
cuando el sol se cruzaba entre el frío
alejando las sombras
y subido en lo alto de un árbol
oteaba horizontes
presagiando presagios carentes
de nombre.
Yo recuerdo un vacío secreto
del que nadie guardaba la llave
con el eco que no resonaba
tu voz apagada.
Yo recuerdo la ausencia
en el aire;
un pasado alargando
el futuro.
Yo recuerdo una casa en la playa
cargada de lluvia.
Yo recuerdo una casa
teñida de polvo
y un mar con cerezas.
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