No es fácil salir del invierno. Los pies, hundidos en la nieve, hacen frontera con el vacío que se extiende hacia el pasado. Es un largo viaje.
Hubo un tiempo de vientos y hojas que llevaban su nostalgia en el vuelo; miraban las urracas asombradas la pericia del ocre posando sus sueños por el suelo. La carga de las nubes caía, lenta, sobre nuestros hombros.
Detrás de las montañas asomó su cara el frío, antiguo, hierático; melancolía habitaba su frente. Era necesario refugiarse en historias de bosques y truenos, encender las velas del olvido y navegar por aguas silenciosas. No fue fácil aprender los matices del ruido.
Hoy la hierba sonríe mientras juega con el canto de un jilguero. Verdes y amarillos se entremezclan con un manto de amapolas. Corretean perfumes de hoja en hoja. La naturaleza despliega su bandera, amable al visitante.
Abre espacio el horizonte y anuncia un mar color de plata.
El sol, con sus maletas, sigue de viaje. Hoy la estación es primavera.
…
Huele el jazmín
La primavera explota
en mil colores
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