Tarde de febrero,
2020,
por la ventana veo el mar.
¿Te da la luz o eres tú quien ilumina?.
Tu pelo
c
a
e
como lluvia tranquila
sobre tu rostro encendido, musa
del renacimiento, tus mejillas.
Tus piernas, dos, que llegan
hasta el suelo y lo
t
r
a
s
p
a
s
a
n
que son aire, veladura de un ángel
de Leonardo; con ligero movimiento
anuncian cercanos terremotos,
epicentro: mi cuerpo.
Hércules te soñó con sus pilares.
Nace el sol en tus labios que
se ofrecen al mundo presagiando
el nacimiento de una estrella,
quizá tus OjOs.
Así apareces cada día, nueva
y conocida, tan tuya,
blanca y roja:
Tú.
Tarde de febrero,
2020,
yo te miro,
.
.
.
vuelo
o
muero
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