Me gusta el comienzo del otoño,
no es tiempo para poetas malditos
de calles apagadas y bares de absenta.
Atrás quedaron ardientes arenas del verano,
horizontes con sol que no se esconde.
Lejos se ven inviernos infinitos
con frío de nieblas y de mármol.
El espejo te pregunta ¿tú quien eres?
olvidando las huellas de tu vida.
Ya no eres ayer, aún no eres nada;
ya no tienes frente a ti toda una vida,
se acabó la incertidumbre del futuro,
que ahora sabes ( ¿aceptas? ) lo que espera.
Los relojes caminan con paso tranquilo
por poemas que te hablan de sueños,
por sueños que conviertes en poemas.
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viernes, 7 de febrero de 2020
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