Me gusta el comienzo del otoño,
no es tiempo para poetas malditos
de calles apagadas y bares de absenta.
Atrás quedaron ardientes arenas del verano,
horizontes con sol que no se esconde.
Lejos se ven inviernos infinitos
con frío de nieblas y de mármol.
El espejo te pregunta ¿tú quien eres?
olvidando las huellas de tu vida.
Ya no eres ayer, aún no eres nada;
ya no tienes frente a ti toda una vida,
se acabó la incertidumbre del futuro,
que ahora sabes ( ¿aceptas? ) lo que espera.
Los relojes caminan con paso tranquilo
por poemas que te hablan de sueños,
por sueños que conviertes en poemas.
Seguidores
viernes, 7 de febrero de 2020
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¿Por qué no hay sitio para los mirlos?
Pan con aceite y un café. El campo frío, todavía. La luz va desplegando el calor de su mirada. Aquí huele a hogar y pan caliente. Allí irr...
-
“Ruidos. Voces. Rumores. Canciones lejanas…” Juan Rulfo No hay que volver al lugar donde fuiste feliz, cantaba Sabina; no hay que volver...
-
Bueno, no te pido Hollywood, sabes, al final se apagan las luces y queda un triste decorado de cartón piedra. Solo te pido una estr...
-
Imagínate una calle de París, tiempo de lluvia. Finales del siglo XIX, el amplio espacio de una plaza; luz de atardecer, gris apagada. Mod...
No hay comentarios:
Publicar un comentario