Hoy me tropecé
con la vida
en una esquina.
Llevaba tiempo ausente,
tardé en reconocerla;
su raído gabán,
un aire mortecino
su mirada.
Se cayeron
los papeles
que llevaba
entre mis manos:
carpetas del trabajo,
alguna poesía inacabada,
facturas sin pagar.
Los recogí azorado
¡tanto tiempo!
creí que había muerto.
Hace años se fue
llevando la esperanza
en su equipaje.
¿Qué haces por aquí?
pregunté balbuceando...
No supo responderme,
siempre habló poco.
Yo tenía prisa,
quedé con ella
en esta esquina,
a media tarde.
No sé si acudirá.
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martes, 11 de febrero de 2020
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