Sí, bien rara es la vida que vivimos,
no pagamos por sueños ni esperanzas,
tardamos en armarla y darle chanzas,
nada más aprender nos despedimos.
De longitud y tiempo nos surtimos,
dependemos de fuerzas y labranzas
ya sabemos que las horas son fianzas,
con ellas luz y caminos construimos.
Porque a pisar el tiempo hemos venido
detendremos el cuerpo fatigado
pues seremos materia sin sentido.
Habremos, al menos, aprovechado
la vida que vivir ya hemos vivido
si acabamos en polvo enamorado.
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