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jueves, 21 de octubre de 2021

Reposo

Entre los dientes de la luna

y el precipicio del alba

discurrían las horas solitarias.

Sueños de sombra oscura

arrastraban la madrugada.

Mi mente, despierta,

contemplaba en la pared 

una sucesión de ángulos rectos:

noventa grados fríos y apagados.

Aquella noche, el viento dibujaba ángulos rectos;

yo buscaba una suave oscilación,

una pequeña almohada en el camino;

el destino: apoyar la cabeza.

El viento, cruel bofetada,

me empujó hacia la cuneta,

junto a ortigas, alguna amapola despistada

y Sísifo en su roca, fatigado.

Volaban pájaros inasibles.

Me desperté...

buscaba, tan solo, una almohada

en el camino.


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