La lluvia esparce su sonido,
gotas que repican en el agua,
sonoro silencio repetido.
Sin sonido se mueven
las copas de los pinos;
entre sus ramas, el mar
y una gaviota bailan
al son de una canción
que dibuja en el aire
melodías transparentes.
El mar le cuenta historias
de otras costas, con ríos
y arenas en la orilla.
La gaviota sueña,
imagina nuevos vientos,
caminos, libertad, otros paisajes.
Un día partirá,
verá mares turquesas,
un aire cálido en sus alas
sustentará su vuelo;
otros cielos recogerán
sus huellas, sus sonidos.
No volverá...
Y yo me quedaré
mirando el mar,
escuchando el repicar
silencioso de la lluvia.
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miércoles, 6 de mayo de 2020
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