Acuna
el viento
la altura de los árboles.
Mi barca,
sin barquero,
cruza la laguna.
Atrás quedaron
horizontes sin pintar,
mares guardados
al verano.
Dos orillas
me reclaman.
Dudan los remos.
A la izquierda
fuego, extrañas figuras.
Desde la otra orilla
un ángel aburrido
haciendo señas.
¿Dónde me lleva
la barca
sin barquero?
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