“...transformar el mundo
afuera, lluvia y viento, y la paciencia
de la primavera...”
RM Rilke
Era un tiempo de tormentas rotas,
desencajadas;
tiempo de mares escondidos,
de agua dulce.
Cargadas las nubes de oscuros
enigmas
vibraba la soledad replegada
en el alambre.
Todo en débil equilibrio.
Vulnerable.
Un aire sereno ocupa el firmamento,
se origina un sentimiento, como un soplo.
Hace más de doce meses que fue mayo:
hondo deambular del calendario.
Lejos.
Pero hoy es azul, de nuevo
hay mar, hay cielo.
Aparece el amarillo; el verde
se despliega en las orillas del camino.
Blancos sin contorno, universo
ilimitado.
¡Asombra la luz en su quietud!
Verdadero el mundo... y a la vez tan
ilusorio.
Un marinero remienda las redes,
su barca preparada.
Todo es inicio y calma,
respira la vida:
¡mayo de nuevo!
Habrá que remar...
¡huele a despertar,
el horizonte!
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