Cuando me paro a contemplar los pasos
y veo el largo camino recorrido,
advierto los baches y peligros
que pude sortear y tuve suerte
de no caer perdido en el intento
de cruzar laberintos de silencios
que atrofian los oídos
y ocultan los colores
que vemos con los ojos,
y así pasar por territorios
de vacío y soledad ,
conservando persona y realidad.
Fue un largo camino recorrido
de crear ciudades y paisajes,
descubrir sentidos y secretos,
a la luz abrirle paso
y llegar a conocer:
verdes, rojos y amarillos,
el sonido del jilguero
en las ventanas
y llenar espacios
con el mar y las palabras.
Viento y lluvia han borrado
algunas de la huellas de mis pies
y he olvidado parte del camino recorrido,
pero conservo dos o tres sueños muy antiguos,
las palabras que me dijo un olmo viejo,
un puñado de tierra en los zapatos
y la costumbre de mirar siempre a lo lejos.
Aunque llego con heridas y cansado,
queda arena cayendo en mi reloj.
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lunes, 4 de mayo de 2020
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