La vida, susurrante,
pasa en livianas burbujas,
centelleantes, calmas, agitadas.
Se rompen con el presente.
Trozos.
Queda un temblor en la voz,
la vida se detiene, segundos…
como se bloquea una imagen
en la pantalla
y al poco vuelve a respirar.
Aire.
No se ven rastros por el suelo;
solo la vida que pasa
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