La niebla de verano
oculta a la mañana mi mirada;
poco a poco va desapareciendo el infinito
y, como un mundo al revés, se enrollan
desde el punto rodando las letras.
¿Dónde va la ausencia?
te preguntas
Los recuerdos, como ínfimos gusanos,
pululan por debajo de tu piel
—fértil podredumbre
del pasado jugando con el aire plateado—.
Son tus sentidos agujeros abiertos
en el tiempo.
Pasa el viento leyendo las hojas,
partituras de música encendida:
los tenues sonidos del verano.
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