“Tengo miedo del sueño como se tiene miedo de un gran agujero,
todo lleno de un vago horror, que conduce no se sabe dónde;
yo solo veo el infinito por todas las ventanas...”
Baudelaire
Un pitido infinito
como un pájaro cansado;
un pitido que cautiva,
que te llama, que horroriza.
Un pitido que ocupa el universo,
te rodea: arriba, abajo;
por dentro de tu piel, envuelta
en arena del desierto.
Tu cuerpo, tu alma, son rayas
en pantallas, números
jugando con tu vida.
Sientes el mar, acaricia
tus brazos, las mareas
mueven tus pulmones.
Se oye por la playa
sonido de pasos, personajes
de un Jardín de las Delicias
sin salida. Alejado el mundo,
carnaval en la caverna,
te sonríen máscaras con
muecas; anuncian que en
algún lugar es primavera
y hay sol y hay un mañana
con sabor a mandarinas.
Sueñas una mano que da
calor a la tuya y una voz
cantando una canción
de cuna. Tu vida se sucede
como en un caleidoscopio.
¡Qué absurdo viento fue
el que aquí te trajo,
como un triste gorrión
lejos de su árbol, de su nido!
Eres tiempo en soledad,
no hay manos conocidas,
lejos los ojos que brillaron
en tu vida.
Se abren las ventanas
y no sabes a dónde se
dirige el infinito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario