“Los desguazados tabúes
…
a la fuga
del significado”.
Paul Celan
Enterraron las raquíticas palabras.
Enterraron las cuerdas vocales.
Enterraron el habla y su raíz.
Hasta la paloma con su rostro
de mármol y futuro
enterraron.
Enterraron los ojos, sus colores,
el trueno retumbando en el oído,
el terroso olor del crisantemo.
Enterraron, sí,
la pequeña y blanca cuna,
mucha tierra cubriendo
y en secreto.
Enterraron, también,
la arena del reloj, las velas de los barcos,
la memoria, hasta el olvido
enterraron.
Solo quedó hablar del tiempo y las alfombras,
el punto de la carne y el peinado.
Pero, si no se recuerda, ¿qué se olvida?
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