Un coche roto, de juguete;
quizás el volante
o una rueda perdida.
No llegó ni al diez de enero.
…
Frágil, como aquel niño
(partido)
en la mirada de su madre.
Cada vez soy menos poeta : a mis casi setenta sigo vivo, casi, a mis setenta. ¿Seré un poeta de tres al cuarto contratado por rimas y sonet...
No hay comentarios:
Publicar un comentario