Transparente convergencia de las plazas
con ausencia de pronombres y de flores.
Hay tanta exactitud en el espacio
tanto enigma se esconde en su vacío.
Afilada frialdad del ángulo y la línea,
voluptuosidad silenciosa del naufragio,
vértigo al perderse entre las sombras
la infinita claridad del horizonte.
Temeroso cuerpo sin cobijo,
sus ojos reflejan la nada.
El músculo cardíaco, el aire
raspando los pulmones,
un amasijo el vientre,
un grito que no escucha
el universo
y una extrema pequeñez
ante el paisaje.
¿Por qué buscarle sentido a las cosas?
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