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jueves, 15 de octubre de 2020

La clara sencillez de las nubes

 Un camello, un delfín, un cocodrilo,

pasean sonrosados por encima 

de los pinos.

En retazos se van deshaciendo en el espacio.

Queda un cielo gris violeta, casi negro.

Anochece,

(cada día el sol más perezoso).


Sombras como nubes he formado 

a lo largo de la vida, sombras 

que se fueron quedando 

en el camino, quemadas 

por los sueños del verano, 

dormidas en las hojas del otoño.


Hoy miro las nubes, sus mensajes

—paraedolias que mi mente ha construido—,

el amparo que me prestan,

generosas; mis ojos, mis humores 

protegidos.

En ellas cuelgo los pesares, 

paragüero de lágrimas furtivas.


Por el oeste llegará, sin prisa, 

un cirro blanco en forma de escalera.

Ese día…, ese día recogeré de la tierra

las sombras de mis pasos y me iré 

donde las nubes pasean sonrosadas

(con el camello y el delfín)… un día…


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