Era ese tiempo en que el amor se acaba,
tal vez era otoño, quizás invierno;
cuando nació, por primavera tierno,
un tan triste final no se esperaba;
final que en su principio se asentaba
(se sabe que el amor nunca es eterno).
Un viento interno fuese o uno externo
el que a sus fuertes muros golpeaba,
tan alto muro no fue suficiente
fortaleza para algo tan ligero,
tan frágil del final hasta el principio.
Sin principio, nada hay que te atormente;
sin riesgo, queda amor en el alero:
amor no puede haber si no hay principio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario