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martes, 7 de abril de 2020

Un día

Amanece: me levanto 
ocupo espacio. Pongo
en marcha el reloj
se inicia el tiempo.
El aire recupera
sus compuestos.

Un nuevo día aparece
por las calles. Edificios
y transportes se apresuran.
Un mar de gentes
poblando las aceras.

Saludo al sol, ligero
peso de las nubes
en mis hombros.
Llevo a mi cuerpo
en el camino, no
me olvido el corazón.

Hablo, callo, algún recuerdo.
Soy, no soy, no sé si soy
(átomo, persona, pensamiento,
creación, azar, materia viva).

Sonidos y colores por el aire.
Se mueven mi piel
y mis sentidos.
Otros sentidos y otras pieles
se entrecruzan. Entreveo
un alma en un soplido.

Anochece: etéreos bosques
refugian a las nubes.
El asfalto se detiene,
ya no hay pasos.
Aparece la luna
-ojo del firmamento-
que me anhela-
Territorio de estrellas
y de sueños.

El tiempo se disuelve 
en sus mitades.
Se aquieta el espacio
en el silencio.

Todo gira a la nada.

Desvanece el aire
su materia
y yo con ella:
se fue el día.

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