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viernes, 7 de marzo de 2025

Antígona (cualquier tiempo, cualquier lugar)

Con voz firme y decidida 

te enfrentabas a ese hombre soberbio y oscuro

que alzando los dientes gritaba:

“ Una mujer no puede salir a estas horas

y vestida como una cualquiera”.

(Ese hombre era tu tío, Creonte; bajo su techo vivías).

“Yo he nacido para ser libre” (respondiste).

“Escucha a Ismena, tu hermana, ella sabe

que solo sois mujeres bajo la autoridad de los hombres.

Tú naciste loca. ¡Hay que atar bien a estas mujeres!”.

Creonte, agarrándola del brazo la arrastró a su habitación.

“Será pétrea caverna hasta que agaches la cabeza y obedezcas”.

“He nacido para ser libre” (repetías).


Un ciego en la calle oyendo la riña presagiaba:

“No pasarán muchas horas sin que se escuchen lamentos”.


Antígona, en su habitación,

abrió la ventana,

sus manos tocaron el aire.


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