¿Cuántas veces pensaste que la vida
se había acabado? ¿Acabar?
Olvidamos el viaje recordando los baches
como huecos en la memoria. Aquellos pisos
altos, soñar el vuelo.
Cada vez que elegimos un camino
somos responsables del polvo levantado,
de las hierbas pisadas, de lo que no ocurrió.
Cada vez que elegimos un camino
nos sigue una sombra a nuestra espalda.
Buscamos el perdón en cada piedra, mientras
el viento se nutre de arena.
Todo dice, nada explica.
Vas aprendiendo que a la última estación
no se lleva maleta.
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