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viernes, 10 de mayo de 2024

Retorno

 Volvía con barro en la mirada,

con los pulmones apagados,

con la palabra guardada en la maleta.


El viaje se inicia

en la vieja estación, siempre.

El destino del tren lo saben los letreros

y el jefe de estación que baja la bandera;

el destino del tren lo anuncia

el altavoz que suena entre la niebla.

Alguien lanzó los dados.


Lento rumor de los inicios,

envuelto en papel film

en mi asiento ventanilla.

Sobre la cabeza la maleta;

yo no hice el equipaje,

el caballo de cartón

quedó en la casa.


Contemplo la forma

que adquiere el extrarradio:

la ropa tendida,

su tristeza 

asomando a las ventanas.

Las llanuras que avanzan 

golpeándome los ojos,

golpeándome;

los túneles oscuros

con su sordo horizonte.


Y no soy dónde voy.

Pasan estaciones, veo 

el otoño caído de las ramas,

el vacío en las hojas de una encina.

Ajeno al frío, el equipaje 

va formando la palabra.


El tren 

y el aullido que marca 

la distancia, el ángulo convexo,

el calor del sueño bajo la manta.

Todo era.


Vuelvo con barro en la mirada,

con los pulmones apagados,

con la palabra guardada en la maleta.


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