Le voy quitando palabras al poema:
suprimo versos,
fáciles rimas,
metáforas arcaicas,
adverbios, adjetivos,
apresurados verbos.
No vivo en los pronombres
ni en los recuerdos.
Y al final la página
se llena de silencio.
Y tú no estás
y yo no estoy.
Cada vez soy menos poeta : a mis casi setenta sigo vivo, casi, a mis setenta. ¿Seré un poeta de tres al cuarto contratado por rimas y sonet...
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