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domingo, 16 de octubre de 2022

Thaumasía

 Hay una luz

que en los atardeceres de otoño 

se rasga

como se rasga una nube 

al romperse en lluvia.


Es ese momento en el que dejas

tu maleta en cualquier borde del camino,

pesada.

No quieres mirar atrás,

parado,

perdido el camino

delante de tus ojos deslumbrados.


No esperas guardar ya más recuerdos,

entender.

Y, sigues,

“por ver la vista tras ese repecho”,

dices, curioso.


De lejos: persistente, inevitable, 

te sigue tu maleta.

Asciendes, cansado,

palabra a palabra.

Es la distancia, la distancia.


Y es que tu piel

guarda el asombro

de sentir nacer (y morir) 

una amapola.


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