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jueves, 16 de septiembre de 2021

Serenidad de un día de verano

 Acariciaba el aire

un mirlo con sus alas,

apartando la luz,

apartando palabras.

El frufrú del manzano

silbaba a la mañana;

vacío estaba el cielo 

de penas y de cargas,

reposaban las nubes

y banal mi mirada

llegaba hasta la cima

de montañas calladas,

refugio de las sombras,

de las piedras cansadas.


Lejos quedaba el fondo

… todo tan claro

sin nubes

tan silencio.


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