Acariciaba el aire
un mirlo con sus alas,
apartando la luz,
apartando palabras.
El frufrú del manzano
silbaba a la mañana;
vacío estaba el cielo
de penas y de cargas,
reposaban las nubes;
y banal mi mirada
llegaba hasta la cima
de montañas calladas,
refugio de las sombras,
de las piedras cansadas.
…
Lejos quedaba el fondo
… todo tan claro
sin nubes
tan silencio.
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