Amarillo rayo luna
despierta a la araña negra
escondida en el silencio,
puntual llega su visita.
...
El reloj marca las cuatro;
cuatro rayas en la noche
repican en mis latidos
—se aceleran los segundos
cuando toca que reposen—
y pasa la noche blanca
y pasa la noche entera,
y la araña va tejiendo
su negra tela brillante,
su nido crece en mi pecho.
...
Mis ojos no tienen tregua,
en la tela veo el día
pasado con sus pesares,
y vuelvo a vivir lo andado
y a temer la madrugada,
y sin sueño sueño sueños
que al amanecer me atrapan.
Reclamo al alba una puerta
para escapar del tormento
que cada noche me aguarda.
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