Amanece,
con sabor a naranja
se despliega el horizonte;
bostezo largo y redondo,
hay empatía.
Ventanas azules
se abren en el puerto,
sus cristales reflejan
el hablar de una ola
con las rocas, caricias
de ida y vuelta, algún
rasguño.
Restos de los sueños
se deshacen en rocío.
(Un barco lleva en su quilla
presagios de tormentas)
La soledad, oscura
y temerosa, se esconde
al fondo del pasillo.
(Llegará la noche)
…
Ahora todo es armonía.
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