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jueves, 26 de marzo de 2020

Volveremos a casa

Encerrados en prosaico
 presente un quieto abandono 
nos rodea, la prisa de los días 
se detuvo: angostas orillas
 de la vida.

El horizonte se abrió 
con una grieta, tembló el mar
 con febril escalofrío, llegaron
 las olas a las playas, 
 marcharon arena y esperanzas.

No se mueve la luz 
por el paisaje, no sonríen
los parques por la tarde,
en la luna resuenan
las campanas.

Primavera marca el calendario;
¡que se aparten!, las amapolas
reclaman a las sombras,
es su sitio, y así teñir
de colores las pupilas.

Un sol, compasivo,
despliega su ternura,
respira el aire, repara
la grieta el horizonte.

Vuelven los delfines 
a Venecia llamando
a la vida en los canales.
Hay olor a pan 
por la mañana:

¡huele a casa!

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