¿Si la palabra
que arrastro por el blanco
tuviera forma de palabra:
podría ser pájaro
o grito solitario?
¿Por qué pájaro
y no queja o montaña?
El papel no refleja
ideas ni medidas
y, además, quedan rastros
del movimiento de sus alas
y el vacío alumbrando su ausencia.
¿Quizá reloj o muerte?
Reloj es una esfera llena
de sombras de luna.
Circular de pasos,
trescientos sesenta,
caminando.
Muerte… ¿es una palabra?
Cuando adquiere la forma
de un grito solitario
(comprende dos palabras)
se rompe como tenebroso gemido
ahondando el callar de la noche:
¿quién lo escucha?
(¿Podría ser casa,
con su olor a pan tostado,
y abrazo de abuela?).
Pero no es simple azar,
es surco inevitable.
Así viene la palabra
hecha cristal quebrado
buscando cobijo en el verso.
Y en su ser, ¿quién la cuida?