Como una pompa de jabón
que al tocarla se rompe,
y el niño mira con asombro
la nada.
Indecisa, la mano, palpando
un infinito, vacío...
Yo, le llamo herida.
Cada vez soy menos poeta : a mis casi setenta sigo vivo, casi, a mis setenta. ¿Seré un poeta de tres al cuarto contratado por rimas y sonet...
No hay comentarios:
Publicar un comentario