Sin las manos
del árbol
las hojas caídas,
ausencias que
el suelo
convierte
en extraña quietud.
¡Vuelven!
con paciencia
una a una
del camino
vas apartando.
Vuelven,
amarillas
alfombras
a la puerta
de casa
como viejos
diarios
con noticias
de almas viajeras
¡tan antiguas las hojas!
Vuelven,
como un
llanto
que tapa
con niebla
el silencio;
un pliegue
en el tiempo.
Vuelven…
y en su caída
comprendes
qué frágiles
son la miradas
…
Llegará la nieve,
el dolor
se hará blanco
y nadie sabrá
el por qué.
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